Experiencia ERASMUS: Catacumbas

¡Hola amigos!

Ya sé que ésta entrada os la tuve que traer ayer, domingo, retomando lo que acostumbré a traer por aquí durante mis primeros tres meses romanos. Sin embargo ayer no tuve tiempo, por lo que la dejo para hoy. 

También debo decir que espero poder recopilar buen material para la semana que viene, porque últimamente anda el tiempo un poco revuelto, no para de llover y, de ésa manera, no apetece salir a la calle. Es una pena porque apenas he podido llevar a Jose a visitar algunos sitios, así que espero mejore el tiempo pronto. 

Hoy vengo a hablaros de prácticamente lo que fue mi última visita en diciembre, antes de volver a Málaga. Ya había estado, como en tantos otros lugares, cuando tuve mi viaje de estudios en Bachiller, pero quería volver a ir. 

Catacumba de San Calixto

Después de la larga caminata que nos dimos para llegar, pues supuestamente nos pillaba más o menos cerca de casa, conseguimos llegar a la Via Appia Antica, un lugar extraordinariamente amplio que está compuesto por cementerios. De hecho, las catacumbas son cementerios subterráneos, lugares que utilizaron los cristianos para enterrar a los muertos y mártires. 

Al parecer se han mantenido durante muchísimos años casi en perfecto estado, sobre todo por su tipo de construcción y el tipo de piedra empleada, propia para no estropearse por la humedad o los movimientos sísmicos oportunos. Hacia el siglo II estos complejos enormes comenzaron a utilizarse y, aproximadamente a ésta fecha, se conoce que pertenece la Catacumba de San Calixto, una de las más grandes, mejor conservadas y la que, por lo pronto, se puede visitar. 

En su interior no están permitidas las fotografías, así que lo que estoy utilizando son imágenes sacadas de internet. 

Este cementerio ocupa una extensión de 15 hectáreas y presenta una amplia red de galerías de casi 20 km en distintos pisos, con una profundidad superior a los 20 metros. Además de los mártires de la época, hay constancia de que se enterraron en su interior unos 16 pontífices.

Hoy día no encuentras nada a tu paso, salvo los nichos que hay dispuestos en las galerías, los individuales y los comunes (que se solían hacer para enterrar, por ejemplo, una familia entera). Pero antes, según cuentan, se podían ver los huesos y trozos de lápidas que han ido reconstruyendo, pues fueron zonas que se profanaron intentando saquear en busca de tesoros y otras pertenencias de valor.

A principios del Siglo III parece que fue asignado el nombre de San Calixto por parte del Papa Ceferino, convirtiéndose ésta Catacumba desde aquel entonces como el cementerio oficial de la Iglesia de Roma.

Como decía, su interior está dispuesto en varias galerías, sin embargo aún están trabajando en ellas y el recorrido que se puede visitar es sólo (si mal no recuerdo) la segunda de ellas. Pero es la más antigua de todas. Se conserva en perfecto estado. 

En dicho lugar pasamos por una zona donde se encuentra la Cripta de Santa Cecilia, patrona de la música. Fue una noble romana que se convirtió al cristianismo y, tiempo después, sería martirizada por su fe entre los años 180 y 230.
La Iglesia Católica y la Ortodoxa conmemoran su muerte el 22 de noviembre. Se dice que su cuerpo descansó donde ahora existe ésta curiosa escultura de Maderno que representa a la santa, esculpida en la forma en que su cuerpo, según dicen, se encontró totalmente incorrupto.

El guía que nos estuvo explicando durante toda la visita, pues no se puede entrar por cuenta propia ya que son galerías laberínticas, nos comentó parte de su historia y el motivo por el que fue martirizada.
La Santa fue decapitada en tiempos de Diocleciano, de ahí que se aprecie una pequeña marca en su cuello, dispuesto de dicha manera para acentuar aquel martirio.

En su posición yacente, podemos apreciar un acabado suave que tiene apariencia de vida, como si estuviera durmiendo. La posición de las manos es muy interesante, aunque parece algo forzado en la forma en que están dispuestas y atadas, pero comentó que aún con lo que pudo sufrir nunca renunció a su fe, de ahí que sus dedos muestren la existencia de la Trinidad, donde tres personas (tres dedos de sus manos) "el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo" son sólo una, el único Dios (el dedo índice de la otra).

Es otro lugar al que recomiendo la visita si no sois personas claustrofóbicas,  pues las galerías son pequeñas, y si tenéis bien presente que es un lugar donde lo que hay son nichos de todos los tamaños, algunas salas comunes y, quizá, algunas pinturas en representación del Pantócrator.

Esto lo digo así pues existen personas que se llevan decepciones, en general, con la ciudad de Roma, pues en sus mentes ilusas creen que la Ciudad Eterna se mantiene como en los tiempos del César y, cuando descubren que todo es ruina, se decepcionan. Perdonad que os diga, pero hay que actualizarse un poco y, sobre todo, debo hacer gala de mi afán por la ruina porque también puede ser muy hermosa.

Espero no haberos aburrido y también poder traeros algo nuevo la semana que viene, si no puede ser el domingo, será el lunes después de mi examen.
Un abrazo fuerte, amigos, nos leemos pronto.