Vejez prematura: Los desastres de la cirugía

¡Hola a todos!

Aunque estoy en periodo de estudios y a apenas una semana de mis últimos exámenes, debo decir que no he podido resistirme a traer por fin al blog un tema que me andaba rondando desde hacía tiempo. Justamente, hace un par de días, me topé por casualidad con unas imágenes sobre una actriz que me impactaron muchísimo: sabía de sus cambios, su obsesión por la cirugía... pero no hasta qué punto estaba dispuesta a llegar. 

Y es que yo me pregunto, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar por tal de sentirnos atractivos? No obstante, esta pregunta acaba acompañada por otra muy tajante cuando veo los resultados: ¿De verdad consiguen verse guap@s de ese modo? ¡Por favor, si tenéis respuestas, iluminadme! 

Es cierto que cada cual pone los límites de diferentes formas, aceptando unas cosas y criticando otras. Yo, por lo general, siempre he defendido la cirugía estética cuando se trata de reemplazar algo perdido o deforme, pues para eso se inventó: véase una extirpación mamaria por un cáncer, un accidente de tráfico, una malformación de algún tipo, etc. Aunque también es cierto que no juzgo a quien quiera operarse alguna parte de su cuerpo debido a sus complejos. Vale, sí, sé de sobra que eso implica un problema psicológico pero, dentro de lo que cabe, no me supone tan desorbitado como lo que vamos a ir viendo a continuación.

Mi trastorno llega cuando veo las barbaridades que llegan a hacerse, hasta el punto de obsesionarse y alcanzar un vicio extremo, llegando a crearse malformaciones e incontables desastres físicos que dan grima, especialmente faciales. Por eso me cuesta creer cómo consiguen verse bien... o es que es un modo de justificar su adicción a la silicona, no lo sé.

Sin embargo, mi intención hoy no es hablar de si hay quienes se han operado más o menos partes de sus cuerpos, sino de aquellas personas que han alcanzado un aspecto físico envejecido a una edad relativamente temprana. Resulta inquietante y desagradable y, al mismo tiempo, hasta me atrevería a decir que da pena... El mundo del cine es bien complejo y peligroso, sobre todo si se trata de individuos con una personalidad débil y si se meten desde muy pequeños en esos ambientes, donde aprenden que viven de su imagen.

La actriz de la que os venía a hablar, principalmente, es Lindsay Lohan: una muchacha de tan sólo 26 años. ¡Mirad qué aspecto!

Nació en Nueva York el 2 de julio de 1986, es decir, está por cumplir 27, es actriz, cantante y diseñadora, conocida por películas como "Tú a Londres y yo a California", "Chicas Malas" o "Ponte en mi lugar", entre otras. 

Una pelirroja pecosa y preciosa a mi parecer, actriz que siempre me encantó y me parecía de lo más divertida pero que, como una más, ha caído en la fosa común de la porquería en general, hasta llegar a aportarnos imágenes como las que vais a ver a continuación.

 

Un aspecto envejecido, pero a lo basto, como si se hubiera echado veinte años más encima, con un rostro hinchado, deforme incluso, inexpresivo... Es la que encabeza la entrada, sin duda, pero no es la única que voy a presentaros por aquí. 

Aunque ya tiene unos años, 60 aproximadamente, debo decir que fue de las mayores sorpresas que me llevé hablando de este tipo de desgracias.

Se trata de Mickey Rourke, boxeador y actor que creo haber visto únicamente en la película de "9 semanas y media" (que yo sepa, vamos, si lo he visto en alguna otra os aseguro que me pasa completamente desapercibido). Vale, dicha película fue a sus 34 años y era un tío de lo más atractivo. De hecho, a raíz de ahí me dispuse a buscar su biografía y me topé con ciertas barbaridades que daré paso en breves.

A esta edad no se es realmente viejo y menos en las condiciones que solemos vivir hoy en día y, sin embargo, el abuso del botox y el colágeno puede acarrear serios problemas y un resultado físico de lo más desagradable. Llegando siempre a parecer muchísimo más viejos de lo que son...

Con Meg Ryan me llevé un chasco también impresionante. Sí, ahora se encuentra en la etapa del medio siglo, pero parece ser que comenzaría bien pronto con "pequeños retoquitos" hasta columpiarse.

Que si un poco de botox por aquí, un poco de colágeno por allá... y acaban todos cortados por el mismo patrón, hinchados, pasados y tremendamente deformes, perdiendo todo atractivo.

¡Está envejecida y lo siguiente! Viendo esto, jamás habría dicho que está en la cincuentena (aunque obviamente el caso de Lindsay es muchísimo más exagerado, especialmente debido a su edad). Pero no quita que esto me resulte también desagradable. 

 

Tened en cuenta que pretendía, sobre todo, mostrar a algunos que ejemplificaran este tipo de problema que genera el exceso en cirugía, aunque parezca mentira. Especialmente si uno se somete a tratamientos de ese tipo desde muy jóvenes, siendo las consecuencias fatales. 

Podría haber puesto más casos, aunque ya habría entrado en los extremos más alucinantes en cuanto a la deformidad física se refiere, por lo que me he abstenido de hacerlo y no generar más polémica. 

A veces creo que olvidamos que la perfección no existe, que no todos somos iguales y que nos gusta tener una identidad. Si esto es así, no tiene sentido querer ser como otros o invertir un proceso natural. Este tipo de obsesiones llevan, únicamente, a la insatisfacción y la destrucción de la estima personal, rozando aspectos que pueden tener consecuencias muy negativas. 

Os dejo de dar la chapa con un vídeo que siempre me ha encantado, de la extravagante cantante Pink: "Stupid Girls". Ya me comentaréis qué opináis al respecto, si sabéis de más casos similares o lo que queráis aportar. Sabéis que siempre es bien recibido y me encanta leeros.

¡Hasta pronto!