Grease: El Musical

"Automático, hidromático, ultramático"... GREASE, El Musical, se despide de los escenarios por la puerta grande tras su magnífica puesta en escena en el Teatro Cervantes de Málaga.

No podía dejar pasar esta oportunidad y, comprándome yo una entrada y mi madre regalándome la mitad de Los Miserables (que vendrán a mi tierra por Junio/Julio), voy preparada para pasar un año magnífico en lo que respecta a la cultura escenográfica. 

Este musical adapta esa grandiosa película ambientada en los 50 de una forma magistral, gamberra, macarra e incluso erótica, jugando con la risa fácil y ganándose al público con el uso inteligente de la localización. 

La ambientación es fantástica y juegan con efectos de luces y escenarios en diferentes niveles, siguiendo el hilo conductor de la susodicha película en rasgos generales, aunque con ciertos matices cambiantes. No obstante, y como cabe esperar en las adaptaciones teatrales, hay cabida para nuevas escenas que sirven para aportar protagonismo a cada uno de los personajes, en vez de centrarse únicamente en Sandy y Danny Zuko.

Por supuesto nos encontramos ante el Rydell High School, un instituto donde los adolescentes gamberros se encuentran en su último año y nos cuentan sus peripecias entre los amigos, los coches y el amor, sin olvidar el toque chulesco ni los tupés engominados, todo a base de rock and roll.

Por más años que pasen, Grease es capaz de reinventarse y adaptarse de diferentes formas a nuestro tiempo, haciendo que disfrutemos de ello, de su buena música, de complejas y alucinantes coreografías y magníficas voces que, aunque no puedan equipararse a John Travolta y Olivia Newton John, son realmente espectaculares. Esa es la magia del musical, las voces y los bailes en directo, todo lo que es capaz de aportar, el efecto sorpresa. Y es una sensación realmente fascinante.

Aunque me hubiese gustado escuchar a Edurne interpretando a Sandy, debo reconocer que la interpretación de una joven Marta Arteta nos dejó con muy buen sabor de boca, especialmente con la escena donde canta "Hopelessly devoted to you" ("Estoy enamorada de ti" si no recuerdo mal). 

Danny Zuko fue encarnado por un divertido y sensacional Jota (Javier Arroyo); Kenickie por un asombroso Albert Martínez (grandiosa su escena con la fantástica "Greased Lightning"). También merecen especial mención los alocados y divertidísimos miembros de los T-Birds Roger (Ernest Fuster), Doody (Dídac Flores) y Sonny (Bernat Mestre).

Asimismo, pudimos disfrutar de unas sensacionales Pink Ladies, un grupo compuesto por: Frenchy (Marta Tomasa), Marty (Esther Peñas), Jan (Marina de No) y Rizzo (uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos e interpretado por una impactante Eva Manjón).

Además de todos ellos, cuenta con un magnífico grupo de bailarines y bailarinas, entre los que cabe destacar al personaje de un Eugene hiperactivo interpretado por Sergio Franco y una alocada Patty, encarnada por Julia Ortínez. 

Todos ellos en conjunto nos regalarán escenas increíbles, jugando con los espacios y los ritmos que no pasarán desapercibidos. Eso me recuerda que hay que hacer especial mención a José Antonio Moreno quien, con su gran vozarrón, nos deleitaba encarnando a un aún mejor Vince Fontaine, a un divertido Teen Angel y al Entrenador Hal.

En definitiva, Grease El Musical es una obra excelente, vibrante, luminosa, divertida y espectacular que consigue meterse al público en el bolsillo por su compleja escenografía, su conjunto vocal y teatral y la magnífica Rydell Band, haciendo mención a la coreógrafa y directora artística Cocó Comín.

En Málaga, el 10 de febrero, tuvimos la ocasión de ver una emotiva despedida y es por eso que digo que se fueron por la puerta grande: consiguieron ganarnos con su arte, todo el Teatro se puso en pie, vitoreamos al unísono, bailamos sus canciones y disfrutamos, especialmente, de toda la obra también gracias a la brutal entrega por parte de los artistas, quienes se pasearon entre el público agradeciendo tanto apoyo y aplauso. No merecían menos.