Osiris

Dios Egipcio

Es el Dios de la Resurrección, símbolo de fertilidad y regeneración del Nilo. Por tanto es Dios de a vegetación o el Sol Nocturno, básicamente conocido por ser el Señor del Inframundo. Suele ser representado como humano, generalmente con forma de momia, pintado de verde (o negro en contadas ocasiones) y con los atributos del Faraón (cetro, cayado, flagelo y corona). 

Osiris es el esposo y hermano de Isis, quien lo resucitó después de haber sido asesinado por su hermano Seth, motivado por los celos de sus éxitos. Su cadáver sería recompuesto por Anubis, a quien podéis conocer a través del enlace que aparece pinchando sobre su propio nombre. Es por ello que el acto de embalsamar se hacía a través de rituales que llevaban máscaras en terracota con sus rasgos. 

Su mitología introduce en la religión egipcia las nuevas ideas que giran en torno a la concepción que se tiene del bien y del mal. Tal y como se explicaba al principio, Osiris (quien representa el Bien) es asesinado por su hermano Seth (el Mal) y es arrojado al Nilo.

Pero su cuerpo fue cortado en pedazos, que fueron esparcidos por todo Egipto. Isis precisó de la ayuda de Anubis para que lo embalsamara y, por el amor que los unía, consiguió devolverlo a la vida. Dicha resurrección representará el triunfo del bien sobre el mal. 

Tras ello, Isis quedaría embarazada de su único hijo, Horus (una de mis deidades egipcias favoritas, de quien haré entrada más adelante), quien vengaría la muerte de su padre desterrando a Seth a vagar por los desiertos y así recuperando el trono de Egipto. 

De este modo sería considerado como Rey de Egipto en el Mundo Terrenal mientras que Osiris, su padre, lo será de la Muerte. Es a quien había que rendirle cuentas tras la muerte, en su Tribunal acompañado por 42 dioses, pues es quien tiene la última palabra, quien juzga a los fallecidos y decide su futuro en el Más Allá.

 

(Pinchad sobre el enlace de Anubis, allí está todo el proceso explicado)

Algo que resulta curioso sobre éste dios es que llegó a ser concebido como un rey mítico, el fundador de Egipto y su civilización, quien murió como hombre pero resucitó como Dios gracias a Thot. Esto se debe a que en las creencias antiguas, destacaba el mito de la inmortalidad. Se creía fervientemente en que había vida después de la muerte, pero para ello había que seguir una serie de rituales. 

Durante el Imperio Antiguo únicamente el Faraón, tras su muerte, se convertiría en un dios, alcanzando de este modo la inmortalidad tan deseada. En el Periodo Intermedio, dichas creencias pasarían a formar parte también de altos dignatarios que podían pasar a ser un "Osiris" tras la muerte, gozando de todas las prerrogativas dispuestas.

Sin embargo, ya en el último periodo, los mortales serían merecedores de la susodicha inmortalidad en el Más Allá, siempre y cuando hubiera cumplido con los rituales dispuestos para ello.

Ejemplo de la Tumba de Tutankhamón, cuando pasa a ser Osiris.

Poco más que añadir acerca de éste Dios y su mitología, así que hasta aquí llegamos por hoy. Aunque no suelo meterme en Wikipedia, una de las imágenes me llevó hacia dicha página y allí encontré un soneto de un poeta dedicado al tema que nos ocupa, por lo que me despido con él. ¡Espero que lo hayáis disfrutado!

A Osiris

Repartido en pedazos y en lamentos,

repartido en países y canciones,

repartido en lejanos corazones,

repartido en profundos monumentos.

Repartido en obscuros sentimientos,

repartido en distintas emociones,

repartido en palabras y oraciones,

repartido y perdido en los momentos.

Heredero del tiempo y del espacio,

víctima de transcursos y distancias,

ser en seres deshecho y repartido. 

Yo busco tu hermosura y tu palacio,

tu boca de rubíes y fragancias

para reunirte solo en un gemido. 

Juan Eduardo Cirlot