KEN: ¿El hombre perfecto?

¡Hola a todos!

A juzgar por el título podéis pensar: ¿qué mosca le ha picado a ésta? Vale, pasad y os explico...

Resulta que no siempre ando curioseando webs de ilustraciones o de Disney y, a veces, entre página y página, llegas a descubrir noticias verdaderamente impactantes. 

Y, justamente, algo que a mí me impacta mucho...¡es la cirugía plástica llevada a EXTREMOS!

Por regla general, nunca he sido muy de estar a favor. Que sí, que "uno lo hace para sentirse mejor", sí, esa cantinela me la sé. Pero...¿alguien puede explicarme por qué tanto cambiar el cuerpo y cultivarlo, cuando las mentes están vacías?

A mí dadme a una persona con la que pueda conversar, compartir ideas y aprender cosas interesantes, que me da igual si es gordo, flaco, bajo, alto o paticorto...con el físico no se come y si no se cultiva lo de dentro, si no hay valores...ya me quedo con mis barbies que al menos no hablan.

Después de haberme desahogado, voy a ahondar en el tema que me ha interesado traeros hoy por aquí.

¡Pincha en más información si eres capaz de aguantarme y si estás de acuerdo conmigo!

Antes que nada, os pondré en situación por si no lo habéis visto.

Justamente una de las entradas más visitadas del blog es la que me interesa retomar, pero sólo os pondré el enlace para que podáis recordarla (o verla por vez primera): Barbie: Esa supuesta mujer perfecta. Ahí os muestro a una modelo rusa llamada Valeria Lukyanova y, como ya creo que sabréis, está por otro lado la "Barbie de la red" conocida como Kota Koti y, a más inri, hace poco descubrí a la "Chica Anime" llamada Anastasiya Shpagina.

Supongo que se verán guapas...

En fin, pero estas estupideces mentales "cosas" propias del ser humano no vienen únicamente de la mano de la mujer. No. También existe en el sexo masculino (un hecho que va ir mucho más allá de la metrosexualidad).

Os hablaré de Justin Jedlica, un muchacho de 32 años que se ha realizado, ni más ni menos que ¡¡¡90 operaciones!!! para parecerse a Ken, el eterno novio de Barbie.
El gasto obsesivo - compulsivo que le ha supuesto operarse supera la escalofriante cifra de más de 100.000 dólares y, para colmo, el chavalito no piensa dejar de hacerlo porque ha de seguir "mejorando su apariencia". 

El neoyorquino se ha operado, en los últimos diez años, el culo, el pecho, el abdomen, los labios, la nariz, los bíceps y tríceps, entre otras tantas. Llega a reconocer que la silicona pasa factura pero que "es un precio bajo a pagar a cambio de un cuerpo perfecto".

En fin, ¿qué queréis que os diga? Juzgar por vosotros mismos después de ver las imágenes. Pero yo esto no lo considero cuerpo perfecto ni por asomo (a mi, personalmente, me da asco). Pero allá cada cuál con lo suyo, su dinero y sus complejos.

He aquí la reflexión de hoy. ¿Qué opináis vosotros?
¡Hasta pronto!