Hefesto: Dios del Fuego y la Metalurgia

Continuamos con la sección mitológica y nos encontramos a nada de acabar con los dioses olímpicos.

Hefesto, también conocido como Vulcano, es hijo de Zeus y Hera, Dios del Fuego y la Metalurgia y el encargado de forjar las armas del restos de los Dioses: el tridente de Poseidón, los rayos de Zeus, las flechas de Artemisa y Eros, entre otros. Se casó con Afrodita, pero ésta no le fue fiel.

Según algunas versiones, Hefesto era cojo de nacimiento y por ello su madre, avergonzada, lo arrojó fuera del Olimpo cayendo al océano donde lo recogió Tetis. Algunas incluso afirman su cojera tras dicho lanzamiento.

Según otras, su deformidad fue consecuencia de un acceso de ira de Zeus, ya que Hera lo engendró sola, y lo arrojó hasta la tierra cayendo en la isla de Lemnos, donde fue curado y acogido por la población del lugar. 

Sea como fuere, Hefesto aclamó venganza. Para ello construyó en secreto un trono de oro con cadenas para quien se sentase en él, y fue enviado a Hera. Al sentarse, quedó atada sin posibilidad alguna para liberarse y nadie sabía cómo sacarla de ahí. Embriagaron a Hefesto para que confesara y la liberara y, finalmente, así lo hizo. No sin antes imponer condiciones y de ahí su matrimonio con la Diosa de la Belleza, hecho que le valió para permanecer en el panteón olímpico.

Por lo general fue un dios dedicado a su fragua, por lo que es el lugar más típico en lo que respecta a su representación. Sus atributos son muy básicos y están ligados a su trabajo, como por ejemplo el yunque y el martillo. En ocasiones puede aparecer con una muleta o una postura forzada debido a su deformidad y, otras veces, acompañado de los Cíclopes que eran sus ayudantes (pero es menos habitual).

Este dios estaba encantado con su aparente suerte, al estar casado con la Diosa más exuberante del Monte Olimpo, amada por los hombres y dioses, envidiada por las mujeres y diosas. Para ella forjaría todo tipo de joyas, así como el cinturón que se menciona en su correspondiente entrada, que le hacía ser aún más irresistible para los hombres.

Sin embargo, la naturaleza de esta diosa era la infidelidad y se entregaba en secreto a sus amantes, algunos en repetidas ocasiones como el caso de Ares, el Dios de la Guerra. Hefesto se enteró de la noticia y la situación y desenlace podéis leerlo en esta entrada.

La fragua o forja de este dios suele situarse en la Isla de Lemnos que mencionábamos con anterioridad. Aunque hay versiones, como en la Ilíada, en la que se encuentra en el propio Monte Olimpo. Pero, salvando estos aspectos, no suele reconocerse en demasiados episodios aunque, probablemente, cuando trate el tema de los Héroes puede que lo retomemos. 

Como de costumbre, os dejo con una recopilación de imágenes y espero que lo hayáis disfrutado.

¡Nos leemos!

La Fragua de Vulcano, Velázquez