22/9/15

Algo que contar... ¡Resultado!

¡Hola, hola!

La verdad que estoy un poco decepcionada con el resultado... No pareció tener mala acogida, pero muchos indecisos no se atrevieron a participar. O pasaron de largo...

Sin embargo, me he visto en la obligación de modificar comentarios para poder hacerla porque salía incongruente. Intenté evitarlo avisando a la persona en concreto, pero no ha dado resultado.

La idea era que siguiérais los comentarios de forma continua, no mi frase cada vez. Creía que se habría entendido bien... Una lástima, porque ahora es difícil dar un resultado coherente. 


Así que bueno, esto es lo que ha salido. Hago aviso de las modificaciones y he cerrado la historia con una frase sin más.



ALGO QUE CONTAR #1

Demasiado bueno para ser verdad. El primer día en la Universidad y la gente sonríe abiertamente. Se saludan unos a otros, quizá con más excitación de la que me gustaría, como si todos se conocieran y no hubiera nadie nuevo. La sensación que me invade en ese momento es perturbadora, no me gusta sentirme observada como carne fresca, como si alguien quisiera devorarme, literalmente. Siento una mirada clavada en mi nuca, paralizándome y erizando mi piel. Intento darme la vuelta y lo hago más lento de lo que me hubiera gustado, con una angustia demasiado evidente, buscando no sé a qué o a quién. Y no veo nada, todos siguen en su utópico entusiasmo y yo sencillamente me he vuelto una paranoica.

Niego con la cabeza intentando alejar esta extraña sensación y retomo mi camino hacia el aula donde me espera mi primera clase. No, no me gusta ser la nueva porque aunque no quieras todos se preguntarán de dónde has salido. Y alguien al final se atreverá a preguntar y me veré obligada a responder con una verdad a medias o una mentira para protegerme. Yo sólo quiero integrarme y ser una más, pero no puedo. Llevo conmigo demasiado miedo y demasiados fantasmas de un pasado que no consigo dejar atrás. 

Suena la campana, es el momento de entrar.

Apenas hay sitios vacíos. Sabía que debía haberme dado más prisa, pero es que madrugar es superior a mis fuerzas, especialmente después de un verano sin preocupaciones, sin madrugar, desconectando del mundo  y de todo lo relacionado con los estudios. Me consuela saber que todos estamos en la misma situación: esto es la Universidad, un mundo completamente nuevo para todos. Bueno, salvo para los que repiten la asignatura. Según he oído decir a algunos de ellos, esta asignatura es dura. Me estoy empezando a asustar, pero pienso que aún queda mucho para los exámenes de enero. Entra el profesor, así que me siento y saco la libreta. A ver qué nos dice y qué tal es.

(Modifico). No tengo la obligación de socializar. Es un cliché esto de utilizar tu primer día para conocer gente y afiliarte a un grupo, cuando lo único que verdaderamente necesitas es familiarizarte con el edificio. ¿Dónde demonios está la biblioteca? Mi lugar favorito en cualquier institución pública. Pues claro, es otro mundo paralelo, donde nadie está más pendiente de ti que las páginas que lee.

Cuando por fin doy con ella, con la sala que me acogerá durante las horas de descanso, alejada de toda esa gente con máscaras sonrientes, noto de nuevo un cosquilleo en la nuca. Sin darme cuenta me he quedado parada frente a la puerta absorta en mis pensamientos. Cuando me doy la vuelta, lo primero que veo es (incluyo) la hora, gente corriendo de un lado para otro. Iba a llegar tarde a la siguiente clase.  Me había vuelto a perder en mis pensamientos al ver a tanta gente reunida en la clase. ¿Cómo podían tener la facilidad para charlar tan alegremente? Con un portazo, el profesor entra en la clase y se me ponen los pelos de punta al reconocer a la persona que había visto antes de entrar, a la persona que estaba discutiendo con el que parecía el decano.
Nos mira, ha traído una taza de café humeante y tiene cara de malas pulgas. - ¿Será por el profesor o por la asignatura en sí que tanta gente repite? - me pregunto mientras me retuerzo nerviosamente los dedos. Se sienta en el borde de la mesa, con los brazos cruzados y dice:

"Sed bienvenidos al primer día de vuestra futura y eterna pesadilla".


Os propongo algo, ¿queréis continuar? 

Si es así. Sois libres de escribir lo que queráis, siguiéndola y, quien se anime, que siga el comentario justo anterior al suyo (y que haya participado, obviamente). De no ser así, podéis decirme si queréis probar con algo nuevo más adelante. 

Contadme, os leo.
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4 comentarios:

  1. Ups, la culpa fue en parte mía, se me pasó totalmente pasarme a modificar, y eso que me avisaste por Twitter >_< Perdona.

    Aún así, la iniciativa y la idea me gustó, y espero que haya más :) ¿He de seguir esta misma historia, o propones otra? Creo entender que es esta misma, así que hayá voy, espero no liarla otra vez n_nU


    "... Esa frase ha sonado mal, muy mal. ¿Acaso un profesor no debería darnos ánimos en su propia materia? Intento escuchar atentamente, sin perder detalle, pero evitando el contacto directo con sus ojos; no quiero que se aprenda mi cara, no quiero ser el blanco de todas las preguntas hasta que acabe el curso.

    Comienza a pasar lista, y yo no dejo de retorcer el bolígrafo entre mis manos esperando a que llegue mi turno. Ahí está, soy la siguiente... La voz del profesor es tan grave que no puedo evitar asustarme cuando me nombra. El bolígrafo ha salido despedido de mis sudorosas manos y ahora todo el mundo me mira con un rastro de sonrisa en su cara.

    Estupendo, ya se han dado cuenta de que existo."


    ¡Espero que sirva!
    Un besote.

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    1. Nadie más se ha animado, una pena. No sé si más adelante me anime con uno nuevo; ya veremos.

      Gracias por tu participación y predisposición ^^

      Un besazo.

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  2. "El profesor lenvanta una ceja y su expresión me deja paralizada en la silla. Un compañero de la fila de detrás me da un golpe en la espalda, haciéndome reaccionar, giro enderredor la cabeza para ver cómo todos están mirándome. Trago saliva, es entonces cuando me doy cuenta de que ha repetido mi nombre.
    - Presente - digo como puedo por el nudo que tengo en la garganta.
    Él vuelve a decir mi nombre, quizás por malicia o porque no me ha oído. Con los nervios que tengo no sabría decir si lo dije en voz baja o no.
    - Aquí, presente - digo esta vez en voz más alta. Esta vez sí parece haberme oído.
    Apunta con el libro al papel, como queriendo marcar la asistencia y antes de seguir me mira extraño. Baja la mirada de nuevo a la lista y yo respiro tranquila, el peor momento ha pasado.
    - He oído ratas chillar más alto que tú en el laboratorio - comenta de repente sin dejar de mirar el papel - espero que tengas que acabar allí.
    Después, sigue pasando lista.
    Abro los ojos desmesuradamente sin saber realmente a qué se refería con ello, sea lo que sea, acaba de convertirme en un blanco. Un nudo de nerviosismo comienza a formarse en mi interior. Tengo que salir de aquí"

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    1. El cariz que toma con vuestras aportaciones es, cuanto menos, interesantísimo. Una lástima que nadie más quiera ser partícipe. Igualmente, tomo nota e intentaré sacarlo a colación más adelante.

      ¡Gracias, mentes creativas! =)

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