Hermes: El Dios del Comercio

Hermes, también conocido como Mercurio para los romanos, fue uno de los dioses más populares de todo el Olimpo por ser protector del comercio. Pero también lo fue del robo. Guiaba a los viajeros por los caminos, y su imagen se levantaba en las encrucijadas con el aspecto de un pilar en forma de busto, dotado de órganos sexuales, llamado "Herma", para señalar las distancias o los límites. 

Velaba por los pastores y protegía los rebaños. Es por ello que, en ocasiones, puede verse representado llevando un cordero sobre sus hombros. 

Aunque también es considerado un dios psicopompo, es decir, acompañante o guía de las almas de los muertos hasta el mundo subterráneo. 

* Atributos:

Por regla general, se le suele representar con el petaso (gorro o sombrero de ala ancha que usaban los viajeros) y también de viajero sería propia la capa, propia por su condición de guardián de los caminos. 

Seguramente eso nos suene, pero los atributos aún más representativos de éste dios son:

- Las sandalias aladas, regalo de su padre para que viajara de forma más veloz.

- El caduceo. Una vara que posee dos serpientes entrelazadas, en lugar de guirnaldas como se solían adornar habitualmente.  

* Vida:

Hermes es hijo de Zeus y de la Atlántida Maya. Nació en el Monte Cilene, en la Arcadia. Desde muy pequeño se caracterizó por su frescura y espontaneidad, y una gran precocidad, ya que recién nacido se escapó de su cuna. 

Ese mismo día robaría a Apolo parte del ganado que cuidaba y llevó a los animales por toda Grecia hasta una caverna de Pilos. 

Para que Apolo no pudiese encontrarlos, ató una rama a sus colas para que fuesen borrando las huellas a su paso. Y, una vez allí, en Pilos, sacrificaría dos de los ejemplares en honor de los dioses. 

Cuando volvía hacia su gruta, se encontró con una tortuga y la vació para hacer con su caparazón y tres cuerdas hechas con intestinos de bueyes que sacrificó después una hermosa lira. 

Apolo, que andaba buscando su rebaño por todas partes, llegó hasta el monte Cilene y se quejaría a Maya del robo que había sufrido. Ella estaba desconcertada, mostrando al crío en pañales y mostrando su desacuerdo ya que, al ser tan pequeño, no podría haber sido. El dios requirió la presencia de Zeus, quien ordenó al niño que devolviese los animales robados. No obstante, Apolo vio la lira en la gruta y cambió su ganado por el instrumento.

Más adelante, él mismo le regalaría un cayado con el que separaría a dos serpientes enfrentadas y terminaron por enroscarse en él, convirtiéndose en el caduceo que comentábamos anteriormente. 

Su aparición en relatos es muy frecuente ya que, por su carácter despierto e inteligente, Zeus le convirtió en mensajero de los dioses.

Fue el portador de la Manzana de la Discordia en la escena entre Paris y las diosas y fue un gran cómplice de todas las aventuras amorosas que tuvo su padre. Tanto es así que, en el encuentro que tuvo con Ío, quien fue convertida en ternero por los celos de Hera, se encomendó la labor de protegerla sin descanso al gigante de cien ojos Argos. Éste moriría a manos de Hermes, quien lo durmió y después le atestó en la cabeza un buen porrazo con una piedra. 

Fábula de Hermes y Argos, pintura de Velázquez

Por curiosidad para que sepáis algo más de no haberlo conocido o leído con anterioridad, Hera lloró la muerte del gigante y, para compensarlo en cierto modo, tomaría sus ojos para situarlos en la cola de su Pavo Real, convirtiéndose en lo que conocemos hoy día. 

Básicamente son éstas las fábulas en las que tiene más peso el dios que tratamos hoy, de modo que a continuación os voy a poner una serie de imágenes en las que sale representado. Algunas de ellas son sacadas de Deviantart. 

Espero que las disfrutéis, al igual que la lectura. Nos leemos pronto. ¡Un abrazo fuerte y feliz inicio de semana!

Casa de los Córdoba, Linares

Hermes con el niño Dionisio, Praxíteles

Hermes, Giovanni da Bologna

Detalle vaso griego