El Rey León: El Musical que conmueve al mundo.

Después de haberme resignado y creer que jamás llegaría a ver este espectáculo tan ansiado, mi madre ha vuelto a desvivirse por cumplir mi sueño. No sé si conseguiré hacer justicia con esta reseña, pues no tengo palabras que describan su grandeza, pero intentaré hacerlo lo mejor posible y sin desvelar nada que deba descubrirse ante el escenario. 

Soy amante de los musicales y, como ya sabéis, también de Disney. Desde pequeñita he tenido la suerte de viajar a sus grandiosos parques, de ver espectáculos tipo Disney On Ice o el espectáculo de la misma Pocahontas sobre hielo, así como haber ido tres veces sí, tres al Musical de La Bella y la Bestia (al cual debo una reseña). Os podéis hacer una idea de lo que suponía haber esperado la llegada de El Rey León al Broadway madrileño... llevar dos años buscando la manera de conseguir verlo; envidiar a cuantos fueron y acabar por resignarme, hacerme el cuerpo a que nunca llegaría a cumplirse. ¡Gracias una y mil veces, mamá!

Este musical es una Obra de Arte en todos los sentidos: una auténtica delicia visual por el colorido y la puesta en escena; un gustazo para los oídos; un despliegue emocional irrepetible.

Tiene todo lo que uno pueda esperar y, aunque parezca increíble, es capaz de superarlo. Va más allá de lo imaginable, más allá de lo que representa esta gran historia que una vez Disney nos mostró. 

Esta gran labor, principalmente, viene de la mano y de la poderosa imaginación de Julie Taymor (Dirección, Diseño de Vestuario, Co-Diseño de Máscaras, Esculturas y Figuras Animadas, Letras Adicionales).

"En el teatro se pueden utilizar una gran cantidad de técnicas para representar algo. Pero la técnica más importante que se necesita es la imaginación del público".

No sólo consigue que seamos capaces de revivir cada momento de esta historia que nos marcó durante la infancia, sino que es capaz de reinventarla y traerla a nuestro presente aprovechando cada detalle. 

Esta obra es de gran impacto visual por su colorido y el inteligente uso del escenario, además de por la estética donde se ensalza lo racial y la riqueza de la diversidad. Un asombroso trabajo de investigación les ha proporcionado la influencia suficiente de tribus sudafricanas, por ejemplo, para llevar a cabo el maquillaje de los personajes, así como también se ha fomentado el uso de productos naturales para pintura, telas, vestuario, etc. 

Dentro del trabajo que requieren los escenarios, en El Rey León aparentan ser sencillos y livianos, pero tratados con mimo e inteligencia, jugando con la perspectiva y la profundidad de forma magistral. A más inri, habrán actores que se encargarán de generar dichos escenarios, como si quisieran demostrar que la naturaleza está viva.

Es realmente fascinante cómo han llevado a cabo las complejas coreografías, sobre todo por el gran número de artistas que aparecen en las diferentes escenas, así como lo son el vestuario, las máscaras y las esculturas animadas.

Todo un complejo que ha querido mostrar una dualidad entre el personaje que se representa y el actor en sí, de forma que fuésemos capaces de reconocer y sentir sus expresiones, sus gestos y sentimientos, como si estuvieran realmente conectados. No han querido ocultar nada, ni transformar a sus actores en "peluches" y, a mi juicio, el resultado es exquisito, original y único.

"El escultor tiene una sola oportunidad para incorporar la ira, el humor y la pasión de un personaje para contar toda la historia. Pensé, ¿qué tal si creo unas máscaras gigantes que realmente sean Scar y Mufasa, pero que el rostro humano se revelara debajo para así no perder la expresión facial humana y no esconder al actor?

Julie Taymor

Dentro del elenco de actores, cantantes y bailarines - artistas, en definitiva - habría que mencionar que se han incluido miembros sudafricanos que otorgan autenticidad al espectáculo, acompañados por timbales y música característica, así como los complejos dialectos. También existe diversidad en cuanto a la nacionalidad de los mismos, desde miembros españoles, hasta brasileños, mexicanos, estadounidenses, panameños, etc., todo un desarrollo artístico a nivel internacional. 

Para poder poner rostro a los miembros de El Rey León, podéis pinchar aquí y así yo me centro en los más protagonistas.

Son todos unos magníficos artistas y ha sido todo un placer haber podido disfrutar de un grandioso espectáculo al que han dado vida pero, sin menospreciar a nadie, tengo que hacer especial mención a:

• David Ávila, como Timón. No tengo palabras, fue de lo más carismático y entretenido y me transportó a mi tierra, con su deje andaluz típico en los tópicos pero que hace reír a carcajadas.
• Esteban Oliver, como Zazú. Divertidísimo y de lo más teatral, capaz de mostrarte al pájaro que porta como marioneta, como los momentos en que parece separarse del mismo, pero sin dejar de ser él.
• Zama Magudulela, como Rafiki. Asombrosa, espiritual, especial y única. 
• Beltrán Remiro, como el pequeño Simba. No sólo me sorprendió en el escenario, sino detrás de él. Junto con Saelel Pimenta (la pequeña Nala), estuvieron atendiendo a histéricos fans para firmar discos y echarse fotos, con una entereza digna de adultos, una simpatía y dulzura propia de un niño. 

No obstante, no puedo dejar sin mencionar a Sergi Albert en su papel de Scar (cautivador con su gran voz y su forma de actuar); David Comrie como Mufasa (imponente y tierno, como un auténtico Rey León); Albert Gracia como Pumba, Michel Jáuregui como Simba y Daniela Pobega como Nala (ambos ya en sus papeles de jóvenes adultos, sencillamente magistrales).

Asimismo, no podría olvidar a tres geniales personajes que si bien me gustaban en la película, aquí han acabado por conquistarme: las tres hienas.

En definitiva, el Musical de El Rey León es un conjunto que derrocha arte y creatividad por los cuatro costados, todo un acierto a nivel escenográfico, con complejas coreografías e impecables actores y bailarines, que se ha llevado con ingenio y se aprovecha de todo el teatro, además de ofrecer protagonismo de manera equilibrada a casi cada personaje. 

La música, compuesta por Elton John y la letra por parte de Tom Rice, reinventada y adaptada a diferentes estilos te hace disfrutar de una manera bárbara.

Todo un espectáculo cargado de magia y emoción.

Mi única pega sería referente al propio Lope de Vega, un Teatro de gran prestigio en el área de la Gran Vía madrileña que ha sido remodelado para traer este musical a escena y, sin embargo, creo que se han quedado cortos: los asientos están estrechos y podrían resultar algo incómodos, además de que el desnivel que debería tener con respecto a la altura de los mismos no es del todo favorable (aunque una persona no sea especialmente alta, es capaz de taparte visibilidad).

Por lo demás, creo que se trata de una obra imprescindible para todos los amantes del género. Vale un dinero, cierto, pero considero que consigue ganárselo por todo lo que representa y conmueve.