El café malagueño

¡Hola a todos!

¿Recordáis la reseña de 39 cafés y un desayuno? Allí ya os comenté que teníamos una peculiaridad en mi tierra y es que aquí, el café, se toma de muy diversas maneras. Al parecer, desde mediados de los años 50 en Málaga, la gente no se toma un café con leche: se toma un mitad.

Algo que puede parecer tan rudimentario como ir a un bar a tomarse un café, bien por consumir energía directa o por pasar un rato agradable con los amigos, puede tener sus variantes y adaptarse a las exigencias de cada persona. 

Este catálogo de cafés tiene su origen en la época de posguerra, gracias a la iniciativa de don José Prado Crespo, fundador del Café Central, situado en la Plaza de la Constitución del Casco Histórico malagueño.

Al parecer, contemplaba cómo cada cliente pedía el café de una manera distinta, a su gusto personal y eso suponía un derroche que no salía a cuenta: o se hacía más café o se derrochaba hasta ajustar el vaso al nivel de exigencia de su consumidor. 

Hasta entonces, solía señalarse el vaso midiendo con el dedo, pero era una forma bastante imprecisa. De este modo, surgió la idea de crear una lista con los nueve estilos diferentes de café que pasaban de menor a mayor cantidad: una nube, un sombra, un corto, un entrecorto, un mitad, un solo corto, un semi largo, un largo o un solo. 

Esta clasificación ha sido de lo más útil y aquí, los malagueños, no concebimos tomar café de otra manera. De hecho, con el paso del tiempo, la marca de café local Santa Cristina pidió permiso al fundador del Café Central y así poder utilizar la lista en su publicidad, existiendo hoy en día servilleteros, paquetes de café y otros productos con la tradición de tomar un buen café y hacerlo en su justa medida.

Entre las muchas anécdotas cabe destacar la forma de completar el cartel con diez tipos, llegando a adjudicarse la opción del "no me lo ponga" expuesta con un vaso vacío y que, realmente, viene a hacer referencia a aquellas personas que no gustan de beber café.

Un hecho que puede parecer tan simple como este, es aquí una tradición y los malagueños estamos muy orgullosos de nuestra costumbre para con el café. De hecho, raro es quien no tenga alguna que otra anécdota que contar sobre su experiencia pidiendo café al salir de la provincia. 

Personalmente, tengo unas pocas y me cuesta evitar pedir de otra forma a la que estoy acostumbrada.

Así que ya sabéis, cuando queráis pasar por Málaga, no olvidéis mojaros y pedir el café a vuestro gusto justo. 

El mío de habitual es un mitad doble (¡y con leche fría! para templarlo)... lo que vendría siendo un mitad en vaso largo o un solo corto con leche. 

¿Y a vosotros, cómo os gusta el café?

¡Buen fin de semana!

Nos leemos.

Fuente: Diario Sur.