Anastasia: El Musical

Una vez en 'Octubre'

Tras un año de éxito en Broadway, Madrid fue la seleccionada para representar esta joya de musical antes que ninguna otra ciudad y es todo un lujo para los españoles en general y para mí, en particular. El pasado 5 de octubre fue el estreno en el renovado Teatro Coliseum y nosotros fuimos a verlo el 9, un día que queda marcado no sólo en el calendario sino también en mi corazón. 

Stage Entertainment vuelve a conquistar el mundo del espectáculo musical con una obra que mezcla parte de la historia europea con una leyenda cargada de sueños, inspirada en la película homónima de animación de 20th Century Fox (1997). Para ello han contado el libreto de Terrence McNally y la música y letras de Stephen Flaherty y Lynn Ahrens, quienes trabajaron para dicha película, realizando adaptaciones y nuevas canciones para este proyecto.

La emperatriz viuda, María Fiodorovna, consuela a la pequeña Anastasia, triste porque su abuela se va a mudar a París. Como regalo de despedida, la emperatriz entrega a Anastasia una caja de música que guarda una promesa: "Nos vemos en París". Diez años más tarde, durante un gran baile, los bolcheviques asaltan el palacio de los zares. Toda la familia real es apresada y ajusticiada, pero Anastasia desaparece misteriosamente. María Fiodorovna ofrece una gran recompensa a quien encuentre a su nieta. 

Y Anastasia, que sólo recuerda la promesa, emprenderá un viaje lleno de aventuras que la llevará a París en busca de su identidad. (Anastasia, El Musical).

Tras una semana, sigo hablando de ello con el vello de punta y las emociones a flor de piel. Y sigo creyendo que es uno de los mejores musicales que he visto jamás, quedando muy por encima de mis grandes favoritos. Tenía altas expectativas, tanto por saber que se basaba en una de mis películas fetiche de la infancia como por la compañía que lo llevaba a cabo. Pese a las ganas, intenté saber lo menos posible, para encontrarme virgen ante la subida del telón. No sólo las ha superado con creces, sino que ha conseguido conquistarme por completo y me siento en la necesidad de instaros a verlo, así como de pedir a Stage que se mantenga por años, si puede, en escena, porque quiero volver a sentirme como lo hice el pasado martes. 

Como se anticipa, el musical muestra como argumento el fatídico suceso en San Petersburgo y la búsqueda identitaria de Anya con la ayuda de Vlad y Dimitry. Sin embargo, a diferencia de la película en la que usan como villano al monje Rasputín, aquí tenemos pinceladas de historia bolchevique bajo las explicaciones del general Gleb Vaganov, quien controla la llamada Leningrado. Así pues, vamos viendo cómo se entremezclan estos sucesos con la parte más conocida, en la que una amnésica muchacha sueña con la posibilidad de ser, realmente, la perdida Gran Duquesa Anastasia.

Si bien la forma en que han llevado la narrativa de dicha leyenda es de lo más efectiva, no podemos obviar la extraordinaria puesta en escena. En este musical hay mucho más que atrezzo, pues cuenta con un novedoso sistema de paneles con tecnología LED en los que se proyectan imágenes y vídeos que complementan el escenario. Mucho más que un mero decorado. Además, presentan plataformas giratorias que hacen que una estructura, presumiblemente simple, junto con algunos motivos decorativos y las proyecciones, hagan magia. Los creativos de dicho espectáculo los encontraréis en este enlace, aunque hay que hacer mención por ello a Alexander Dodge (Diseño de Escenografía) y Aaron Rhyne (Diseño de Proyecciones), entre otros. 

Las impresiones de los espectadores ante dicho montaje se vuelven aún más sobrecogedoras al ver el deslumbrante (literalmente hablando) vestuario ideado por Linda Cho. Aunque en lo personal debo decir que habría querido tener presente el mítico vestido amarillo de una de las escenas más famosas de la película animada, la diseñadora ha creado una fabulosa indumentaria para este espectáculo, con potentes colores y pedrería (que os recomendaría no curiosear antes de ver la obra). 

Asimismo, el aspecto musical es a su vez determinante. Como suele ocurrir, las canciones son adaptadas, aunque sean prácticamente las mismas que las originales, pero hay modificaciones en todas ellas. Por supuesto, no pueden faltar "Una vez en diciembre" y "Un viaje al pasado", además de un curioso guiño a "La noche fatal" en "Mi patria siempre tu serás". 

La obra está dividida en dos actos, con un parón de unos 25 minutos entre uno y otro - que harán un total de unas dos horas y media - que se pasan realmente sin darnos cuenta. En una primera parte, se desarrollan los acontecimientos en Rusia y, en la segunda, en París. 

 

El ritmo y desarrollo de Anastasia: El Musical es constante y te hace vibrar de principio a fin. Para ello, además de la ya comentada escenografía y, por ende, coreografías, así como las maravillosas canciones, debemos hacer mención a las personas que dan vida a tan carismáticos personajes. Los papeles de peso siempre son una gran responsabilidad, pero la profesionalidad y las tablas sobre los escenarios, aún con la juventud de muchos de ellos, se nota considerablemente. 

Jana Gómez (Anya/Anastasia), Íñigo Etayo (Dimitry), Carlos Salgado (Gleb Vaganov), Javier Navares (Vlad Popov), Silvia Luchetti (Condesa Lily) y Ángeles Jiménez (Emperatriz Viuda), entre otros. Todos y cada uno de ellos interpreta a la perfección sus respectivos personajes, además de tener unas voces espectaculares que hará las delicias de este gran espectáculo. 

Quizá muchos se extrañaran de contar con una Anastasia morena, pero una vez la oyes te olvidas de todo lo demás. Jana, con sus apenas 21 años, es capaz de encarnar con magnificencia a una perspicaz y encantadora Anya, además de enamorarnos con su voz. Íñigo como Dimitry es una grata sorpresa, así como la parte más carismática y divertida de la obra recae sobre los hombros de los magnificos Javier Navares y Silvia Luchetti.

Sin embargo, tengo que hacer especial mención a Carlos Salgado. En primer lugar, por presentarnos a un personaje muy interesante que nadie se espera y resulta desconocido para la gran mayoría y, tras esto, porque con esa voz sobran las palabras. Gleb es el antagonista de esta historia, un personaje con un conflicto interno muy potente que se mete al público en el bolsillo, tanto por sus motivaciones personales y el desenlace, como por la forma en que nos desgarra al cantar. De hecho, aún recuerdo la sorpresa en su rostro ante la ovación de todo el teatro.

En resumidas cuentas y sin querer ahondar mucho más, Anastasia: El Musical es un espectáculo imprescindible para todos aquellos amantes del género, de la película o, simplemente, para quienes quieran ver una obra cargada de magia. Una obra impactante, visualmente deliciosa y con canciones inolvidables, además de personajes entrañables. 

Mi más sincera enhorabuena a todo el equipo que lo hace posible y mis mejores deseos para que sigan por mucho más tiempo.

Una vez más, le debo a mi madre hacer posibles mis sueños. Gracias por regalarme estos momentos.

Y vosotros, ¿tenéis ganas de verlo? 

¡Contadme, os leo!