Cosas que me gustan: Navidad

Cosas que me gustan

Sección original del blog El Rapto de los Sentidos dedicada, sencillamente, a las cosas que me gustan. Aquí se hablará de diferentes temáticas, haciendo acopio de cualidades a destacar en cada una. Eso implica, probablemente, que hable de lo que NO me gusta, pero es más agradable ir de primeras con positivismo. 

No son ni reseñas, ni análisis, ni nada por el estilo. Únicamente cuestiones que me apetezca tratar en un momento dado y no sepa en qué categoría meterlas. 

Había pasado tiempo desde el último "Cosas que me gustan" y, como no se me ocurría por lo pronto mucho sobre lo que escribir, pensé en las fiestas que ya se nos vienen encima y me dije: ¿Qué otro tema puede ser mejor que este?

Así que aquí lo tenemos. Hoy toca hablar sobre las Fiestas Navideñas.

¿A quién no le gustan las vacaciones, pasear por calles iluminadas, 

preparar regalos y comer, sobre todo comer?

Pues bien, como a mí me gustan todas y cada una de las cosas enumeradas (y probablemente mucho más) vamos a dar paso a este tema que sacamos a colación.

No voy a hablaros de mi vida personal, pues eso ni viene a cuento, ni tiene relevancia, pero sí os diré que - pese a ser fechas hermosas - en ocasiones pueden resultar tristes porque uno se acuerda de las personas que ya no están. Y, en mi caso, ocurre mucho con mi abuelo en concreto. 

No obstante y aunque mi familia sea pequeñita y dispersa, procuramos recordar anécdotas divertidas (que eran muchas) para intentar aliviar esa ausencia. Con esto quiero decir que, obviamente, por más que sean unas fechas señaladas donde sobre todo se presume de estar en familia, hay cabida para la añoranza y eso, en parte, deja paso a cierta tristeza. 

Pero como no pretendo que nos deprimamos con esta entrada, sino todo lo contrario, quiero hacer hincapié en lo bueno de estas fechas, ¡vamos a dar comienzo con una imagen!

• Exageraciones a la hora de cocinar. Se desperdicia comida, se suman kilos de más pero... ¿y lo bien que sienta? ¡Me encantan las mesas en esta época! Cargadas y cargadas de cosas ricas, que engordan más que nutren, pero bienvenidas sean. He puesto esta imagen por bonita... pero ahí me falta un buen surtido de marisco, ¡por favor!

• Al rico turrón. Ya... iría dentro del apartado anterior, pero tenéis que permitirme este inciso: ¡turrón, mantecaos, bombones, chocolatinas, etc.! Calorías venid a mí... 

• Pasión decorativa. Por supuesto, no podía faltar hablar de los adornos navideños: árbol, belenes, pascueros y florituras... Cosas que a veces resultan cargantes y sinsentido, pero nos gusta ambientar el lugar por estas fechas. 

• Reuniones en familia. Prácticamente a todos nos gusta, sobre todo si sabemos que hay a quienes vemos de año en año (literalmente) y nos hace cierta ilusión que ocurra. Son momentos que apreciamos, sobre todo si hay sinceridad en cuanto a la importancia de la familia. 

• ¡Regalos van, regalos vienen!. ¿A quién no le gusta un regalo? Vamos, vamos... Pero, además de recibirlos, a mí personalmente me encanta hacerlos. Como sigo siendo una pobre estudiante, muchas veces no tengo un duro para hacer nada, pero al conocer bien a los míos poco hace falta. Preparar manualidades o hacer la ruta por los puestecillos típicos navideños y buscar lo más apropiado es una de mis aventuras favoritas en esta época. 

• Ambiente callejero. Esto para mí es inevitable: me encanta ver las calles cargadas de gente, las luces y decoraciones. En ciertas ocasiones es cierto que tanto agolpamiento es agotador y, sobre todo, desesperante; pero en general, me gusta. 

• Sonrisas y lágrimas. Adoro ver las caras de los más peques, la felicidad que ilumina sus rostros. A veces incluso las lágrimas por emoción y cariño... ¡Son gestos realmente bonitos!

Por ahora no se me ocurre mucho más que diferenciar, ya que todo parece quedar englobado en todos los puntos mencionados. 

Pero, aunque parezca mentira, en un caso como este también encontraremos puntos menos positivos (no hay que ser tan negativos), a mencionar:

• Falsedad familiar. El hecho de que esté preestablecido que son fechas para pasar en familia, lleva implícito el factor hipócrita. Quizá soy demasiado exagerada, pensaréis... pero no se me ocurre otra forma de llamarlo. Con esto me refiero a gente a la que no ves en todo el año, no hablas con ellos, no hay realmente ningún tipo de relación... pero en estas fechas, parece que os queréis mucho, que os echáis de menos, y todo se queda en promesas absurdas que nunca se cumplen. Obviamente hablo a rasgos generales, pero sé que existe. 

• ¡Atraco a mano armada!. ¡Bah! No me lo podéis negar, que todos nos sentimos así en algún momento en estas fechas... ¡Qué precios! Las cosas suben, se vuelven más caras y nos pretenden ver la cara de tontos con "ofertas"... Sobre todo los precios de las comidas y en los lugares a los que ir a festejar, como discotecas o eventos concretos.

Se me ocurriría hablar del gasto que se hace en lo referente a la luz, pues aquí llevan encendidas desde el 28 de noviembre (y dando gracias, que años anteriores ya para el 14 lo tenían). Que, aunque me guste, cierto es que es un gasto innecesario... También podría hablar de cómo se comportan con las cabalgatas, las cuales siempre han resultado un reflejo de estas épocas, especialmente para los niños... ¡y cada año son más cutres! A ver con lo que nos encontramos esta vez...

No obstante, espero que os quedéis con todo lo bueno, que tiene mucho. Son fechas señaladas y cargadas de tópicos, sí, pero a mí no dejan de hacerme ilusión. 

Con todo mi cariño, os deseo unas muy felices fiestas, mis queridos lectores. Y os espero por aquí contándome vuestras opiniones y experiencias al respecto.