Mis Tatuajes #2

¡Muy buenas!

En vista de no tener nada en concreto preparado estos días, porque han sido muchos seguidos de trabajo y horarios de cierre que me han impedido poder ponerme con esto (huelga decir que la semana que viene me espera más de lo mismo), he estado curioseando apartados del blog para ver qué podía ir preparando que requiriese menos tiempo y me he topado con entradas antiguas que me han resultado, cuanto menos, curiosas. 

Y, entre búsqueda y búsqueda, redescubrí el post en el que os hablaba de mis tatuajes por aquellos entonces. Allá por 2015 ya contaba con seis obras en mi piel y, desde entonces, he añadido unas pocas más. 

¿Queréis ver de cuáles se tratan?

Noviembre 2016

Mi séptimo tatuaje fue muy especial, una decisión que llevaba rondándonos muchísimo tiempo.

Desde que conociera a Pablo, de Alanai Tattoo, todos mis tatuajes venideros han sido con él y hay muchos factores a tener en cuenta: me siento supercómoda, tatúa estupendamente y prefiero invertir mi dinero en su estudio. Lo tenéis en Málaga, en el barrio de La Unión. 

En esta ocasión no voy a poner los precios de los mismos. 

Aunque es un pedazo de cliché, porque lo lleva muchísima gente, finalmente nos embarcamos a ello porque para nosotras es importante. Me lo hice con mi mejor amiga, dos manos entrelazadas con la frase "To infinity and beyond". En representación de una amistad que lleva más de veinte años al pie del cañón, de lo más bonito que me ha pasado en la vida. Ambas lo tenemos en el brazo derecho, sobre el codo. Ella es como una hermana para mí, quien ha estado a mi lado en todo momento, incluyendo los acontecimientos más importantes de mi vida (dolorosos o no); es, incluso, nuestro testigo de bodas, a quien quiero hasta el infinito y más allá. 

Noviembre 2017

Mi octavo tatuaje fue también una decisión a conjunto. Tras una escapada a Londres muy esperada, junto con mi cuñada y una amiga, por fin hicimos algo que todas queríamos hacer: ir a los Estudios de Warner donde se conservan y exhiben los decorados y vestuarios que emplearon en la mítica saga de  Harry Potter. Queríamos vivir la locura al completo y casi nos arriesgamos a tatuarnos in situ, en Camden Town, pero nos echó para atrás el no saber las condiciones del lugar para ello y, cuando se trata de algo que puede repercutir en la salud, más vale ir con cuidado. Así que, a nuestra vuelta y tras sopesarlo, vimos que podíamos recurrir a una idea sencilla que englobase toda esta aventura: ¡Travesura realizada!. Esta simple frase (Mischief Managed), junto con las huellas, representa no sólo nuestra pasión por Harry Potter, sino también la escapada que hicimos casi de improviso, el casi tatuarnos a lo loco... me encanta este pequeño rincón de mi cuerpo (el mío es el que está junto a la huella, en mi muñeca izquierda).

En marzo de 2018, volví al estudio para que se tatuara mi hermano, que fue un regalo que le hicimos por su cumpleaños. Allí, tuve un pique interesante con Pablo, quien me animó a hacerme un tatuaje al que tenía muchas ganas y no llegaba a atreverme. Me tentó y no me lo pensé, me dio cita para poco después. 

Marzo 2018

Así que mi noveno tatuaje es, ni más ni menos, que Ariel. Un boceto que me flipaba y que Pablo ha plasmado perfectamente en mi pierna, pues lo llevo en la cara interna, entre la altura del tobillo y la rodilla para que nos entendamos. 

Os iría diciendo: ¡es mi favorito!, pero es que son tantos los que me gustan... que es imposible elegir uno. De hecho, en este post están los más importantes, los que de verdad tienen significado (salvando quizá este de Ariel, que únicamente representa mi pasión por Disney y mi personaje favorito). 

El décimo y undécimo tatuaje me los hice el mismo día, este mismo año, fueron mi autorregalo de cumpleaños (los hice el día antes). Es posible que sean aún los más especiales que tengo (pero repito, esto es lo que os decía anteriormente, me cuesta mucho elegir... pero sí hay uno de ellos en concreto que sería el más íntimo). 

Abril 2021

Se trata de una silueta, que llevo en la cara interna del brazo derecho, modificando una foto muy especial que me hicieron en el reportaje de embarazo. Tenía muchas ganas de tener alguno relacionado con esta etapa de mi vida, sin caer por el momento en tatuarme su nombre, o su fecha de nacimiento, pues quería algo verdaderamente único e irrepetible porque, a fin de cuentas, esa foto es mía y de nadie más. Así que, de este modo, Pablo hizo la silueta, modificando la postura del brazo para que no se perdieran las líneas y este fue el extraordinario resultado. 

El siguiente fue ya para aprovechar las ganas locas que tenía de relacionar un tatuaje con mi pasión por el Arte, por ser Historiadora del Arte por amor, aunque no de profesión. Y qué mejor manera de hacerlo que con uno de mis cuadros favoritos por antonomasia: El beso, de Gustav Klimt. 

Como habréis podido comprobar, no llevo ningún tatuaje a color y este no iba a ser la excepción. Así que, a sabiendas incluso de lo complicado del cuadro, de que la tinta acaba expandiéndose y con tanto dibujo pequeño acabaría emborronado, quise que el diseño fuera lo más minimalista posible. Y encontré una opción muy sencilla del cuadro, que me fascinó. Este es el resultado. Estoy tan feliz con lo que Pablo ha hecho en mi piel... Lo llevo en el brazo izquierdo, sobre el codo. 

Poco más, queridos.

Este sería el último. Son once tatuajes en total, parece una locura, pero están tan repartidos por el cuerpo que no da la sensación de ser demasiados. Como os decía en el post anterior, sí que son adictivos y, por supuesto, tengo ganas de más. Pero podéis ver el tiempo que va pasando entre unos y otros en muchas ocasiones, para no ir a lo loco. Tengo algunos en mente, pero aún tienen que coger forma y, obviamente, espero ponerle fin algún día para no acabar sin rastro de piel libre de dibujos... 

Como siempre, entiendo que haya a quienes no les gusten los tatuajes; o que sí aprecien los diseños, pero no quieran mancillar sus pieles. Todo me parece lícito y respetable. Factor por el que insistiría en recordar que, de no gustaros, no tenéis por qué exponer comentarios en contra de esta práctica que, para cada quién, es personal. 

Si sois de los que tenéis tatus, ¿cuántos tenéis?

¿Queréis haceros más? ¿Qué os gusta plasmar en vuestro cuerpo?

¡Contadme cosillas, os leo!