Sí, soy una bruta, lo sé...
Apenas me compré ayer el libro, me enganché hasta altas horas de la madrugada y dejé tres capítulos que me he terminado hoy. Es decir, un día y medio para zamparme (como siempre digo) sus 422 páginas, extraordinaria cada una de ellas...
Tal y como había prometido, aquí os traigo una breve reseña sobre el último de la trilogía de Suzanne Collins: Sinsajo.
¡Que empiecen los Septuagésimo Sextos Juegos del Hambre!
No os enlazo a ninguna entrada anterior puesto que, si no la habéis visto, está unas cuatro antes a ésta. Me he saltado un poco el orden que intento seguir con las entradas, pero merecía la pena. Así que ya sabéis lo que hacer si se os despierta la vena curiosa.
Adelanto diciendo que, aunque es algo complicado para mi, creo es el mejor de los tres libros: engancha como cualquier otro, tiene acción casi en cada página, te mantiene en tensión, emociona y divierte. Sí, he vuelto a sentir las maravillosas sensaciones que los libros buenos pueden transmitirte. Y sí, he llorado como una enana al final del mismo.
Quizá por su propio final...quizá porque se ha acabado. Quién sabe, lo mismo por las dos cosas.
Atención: No es que yo use spoilers cuando hago reseñas pero sí que pongo la sinopsis de los libros. Así que aviso, si no habéis leído el anterior a éste, absteneos de pinchar en Más información.
Hermes, también conocido como Mercurio para los romanos, fue uno de los dioses más populares de todo el Olimpo por ser protector del comercio. Pero también lo fue del robo. Guiaba a los viajeros por los caminos, y su imagen se levantaba en las encrucijadas con el aspecto de un pilar en forma de busto, dotado de órganos sexuales, llamado "Herma", para señalar las distancias o los límites. 
Para hoy un poco de magia visual. Una magia que, según creo, sólo puede realizar un número limitado de gente que sea capaz de dominar la técnica conocida como anamorfosis. 
¡Hola a todos!
Sí, soy una bruta, lo sé...