Estrenaremos la sección femenina con Pandora, el ejemplo personificado de mujer-castigo. Y, si os resulta de interés, podría dedicar una entrada a hablar de las diferencias que han adquirido Héroes y Heroínas desde la antigüedad clásica hasta nuestros días, donde el papel de la mujer siempre ha venido condenado por una dura misoginia. Pandora es el mayor de los ejemplos.
Si recordamos las hazañas de Prometeo, aquél titán que desafió a Zeus, la humanidad pudo seguir adelante gracias a su apoyo, especialmente por haberles otorgado el fuego que robó a los dioses. Tal afrenta enfureció al Supremo, ordenando a Hefesto que hiciera a Pandora, primera mujer mortal, a quien entregarían a los humanos (específicamente como mujer de Epimeteo, hermano del mismo Prometeo).
Las versiones de Hesíodo hablan de que le concedieron la hermosura de una diosa, pero una mente de perros (¿Cómo iba si no una mujer a pensar por sí misma?) y le instruyeron en artimañas y engaños para poder así castigar a los hombres.
Llegamos así a la versión más común del mito, en la que se le acusa de ser la responsable de hundir a la humanidad por su falta de sentido y curiosidad (propios atributos de una mujer).