¡Hola amigos!
Después de darle muchas vueltas y sopesar pros y contras, he tomado la decisión de no acumular en demasía, acogiéndome al dicho "
las gallinas que entran, por las que salen". He pensado mucho sobre ello porque, ¿para qué engañarnos?, libro leído - por ejemplo - no voy a releerlo, máxime cuando mi lista va en aumento y continúa. Si fuera así, sólo podría dedicar tiempo a releer y no habría cabida para nada nuevo. Y ahora bien, ¿qué pasa si los dejo guardados,
haciendo estantería, y empiezo a incluir nuevas compras?
¡Me quedo sin espacio!
Aunque, por un lado, resulta atractivo y te sientes casi orgulloso por tener cosas que te han gustado o, como a mí que apenas tengo dinero, voy comprando a base de ahorrar, pues gusta, no digo que no. Pero, si somos realistas, el espacio se pierde, se empieza a llenar a mansalva casi cada rincón y, a la larga, sigue sin retomar nada de lo que ha has utilizado. Algunas veces porque son regalos o porque algo nos ha calado tanto que acabamos dándole un valor muy especial a algo que es meramente material y, por más nostalgia que podamos sentir, hay que ser prácticos.